¿Qué has hecho, Andalucía?


Anoche me acostaba con la idea de que Andalucía iba a caer en manos de la extrema derecha, tras un largo día de elecciones al Parlamento la cansada tierra que me vio nacer había decidido abandonar lo de siempre para lanzarse varios años atrás.

Por si no saben a qué me refiero les diré que Andalucía ha vivido cuarenta años de gobierno de un mismo partido, el PSOE, que comenzó siendo zurdo y ha terminado siendo manco. Mi tierra ha ido saliendo muy poco a poco del más absoluto arcaísmo sin atreverse nunca a retirar su voto a ese partido, de hecho sigue sin hacerlo pero ya no es suficiente para la mayoría absoluta. Lo que sucedió ayer con las elecciones es como el mito de Orfeo y Eurídice, ambos iban saliendo del infierno muy despacio, con temor, cuando él asustado por la idea de que ella no estuviera se giró y la envió directamente al punto de partida para siempre. Andalucía ayer detuvo su lento camino hacia delante y giró el rostro lleno de cicatrices hacia un radicalismo pasado, hacia una realidad que muchos creíamos que no volvería. Pero ¿por qué no? Cuando una sociedad se encuentra en peligro tiende a los extremos, cuando las personas se cansan no comprenden que existe el agua templada.

Anoche la alianza entre un patético partido aplastado de derechas, uno que dice ser de centro y uno de derecha radical hacía posible el gobierno. Más de 300.000 de mis compatriotas han votado a una fuerza racista, machista, homófoba; han votado contra el progreso. Me toca ser joven en esta realidad y me toca ver a mi tierra dar un paso agigantado hacia atrás. Muchos buscan culpables y les diré quiénes son: el primer culpable y el más directo es el partido que ha llevado a Andalucía al límite. Estos señores que han gobernado tanto tiempo lo han hecho porque nuestra población mayoritaria veía en ellos la única alternativa a un pasado régimen que identificaban directamente con la derecha. Esas personas que son nuestros mayores, nuestros abuelos, se dejaron la razón en las cunetas en las que fusilaron a sus padres y hermanos y ya no pueden ver otra cosa, pensaron que Felipe González y PSOE eran sinónimos. Ahora bien, ese partido que durante años era un mal menor para ellos ha logrado decepcionar incluso a la fe ciega al poner al frente a una mujer a la que Andalucía escupiría a la cara si pudiera, Susana Díaz. ¿Cómo la incompetencia de un partido puede llegar a impedirle ver que estaba cavando su propia tumba?

Quiero dejar claro que a pesar de sus carencias amo a mi tierra como la que más y lo que hiere su piel duele en mi corazón porque aunque el pesimismo es la más frecuente de mis posturas hasta yo sé que merecemos algo mejor. Lo que ha sucedido es una reacción, un berrinche que nos llevará a todos al desastre, la desinformación y el rebote nos la han vuelto a jugar. Es, a pequeña escala, lo que sucedió en Estados Unidos recientemente con Donald Trump. Cuando se piensa desde el conocimiento histórico no se hace otra cosa más que confirmar el carácter cíclico del devenir de los hechos, la nostalgia y el miedo a lo que vendrá ahora se cierne sobre nosotros y solo podemos ya preguntar una cosa: ¿qué has hecho, Andalucía?

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