Disney es cruel

Después de este lapso de tiempo sin escribir debido a causas que no tienen importancia ahora he decidido volver tal y como me fui, diciendo estupideces. En este caso he decidido (diría que tras mucho pensarlo pero estaría mintiendo) escribir sobre una afirmación que puede parecer el resultado de un resto de resentimiento infantil pero no lo es en absoluto: Disney es cruel.

La amplia mayoría de nosotros hemos crecido (algunos más que otros) de la mano de estas películas de animación de gran éxito en casi todo el mundo y sin duda han sido para muchos ejemplos de conducta (tanto negativa como positiva). Gran parte de la población femenina ha vivido una infancia consagrada a las princesas de Disney, y al rosa de camino. Sin embargo todo lo bueno que van dejando en nuestra memoria no es para nada el todo, todos y cada uno de nosotros tenemos experiencias traumáticas relacionadas con las películas de esta famosa factoría. La primera y más recurrente es sin duda la de la famosísima madre de Bambi, el cervatillo, en la terrible escena en que huyen perseguidos por despiadados cazadores y ella, heroína donde las haya, decide sacrificarse de forma innecesaria y grita a Bambi que se salve mientras corren angustiados, se oyen unos disparos y no es necesario explicar quién los recibe. A raíz de este drama en potencia veíamos angustiados el momento en que nuestras madres salían a la calle, temiendo que no volviesen, como la madre de Bambi. Otro caso que recordamos todos es la muerte de Mufasa, el buen Mufasa, el santo Mufasa que terminó sus días bajo varios cientos de cascos de antílope, aplastado. Y de nuevo, se lleva al extremo el sufrimiento de Simba que no entiende la muerte de su padre, y por si no teníamos suficiente deforman al extremo el rostro malvado de Scar (el tío de Simba) de modo que no olvidemos jamás quién es el malo de la película. Este último recurso que puede ser muy traumático para un niño se emplea muchas más veces, por ejemplo en Blancanieves cuando el cazador está a punto de asesinar a la dichosa princesita, en los éxtasis que experimenta Jafar en Aladín cuando hace magia o el los hunos que asaltan la Muralla China al principio de Mulán para asesinar a los guardias y tomar el lugar.

Pero por si todo esto fuera poco, Disney se recrea también en lo patético, en los personajes que son ridiculizados por otros, como es el caso de Dumbo, el elefante que pasará a la historia por sus enormes orejas. Todos lo pasamos mal en todos los momentos (toda la película para más señas) en que se ríen del asustado elefantito, lo obligan a hacer payasadas y lo separan (de nuevo) de su madre. Llegados a este punto me planteo si Walt Disney tuvo algún trauma infantil con su madre o si era huérfago o algo así. También en películas más actuales de Disney, como la fantástica Frozen, vemos un inicio desgraciado y en cuestión de minutos, Elsa y Anna, las dos princesas hermanas, son separadas por una injusticia de origen genético y sus padres mueren.

Pero finalmente me paro a analizarlo y la vida es mucho más cruel que Disney, y todos nosotros tenemos alguna historia trágica que podría formar parte de las peores pesadillas de un niño. ¿Es entonces la magia de Disney una máscara para un realismo tan extremo que roza la crueldad? En cualquier caso siguen siendo mi infancia y no solo mi infancia porque aún sigo siendo la loca de "los dibujitos" como decimos aquí. Así que este texto va para todos aquellos que conozco que, como yo, seguirán siendo adictos a las películas de Disney aunque no sigan siendo niños.

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