Ovejas negras y borregos

En esta primera entrada voy a hacer algo que me negaré a hacer en un futuro, voy a explicar lo obvio. El nombre de este blog es  "Las ovejas negras no forman rebaños", ¿por qué? La primera es que me da la gana, la segunda es menos evidente pero como considero que si no se entiende el nombre de este espacio no se entenderá nada de lo que escriba en él, creo que debo explicarlo.

En primer lugar, si ni siquiera te haces una idea del significado de este nombre, no eres una oveja negra. Yo lo soy, pero he de admitir que conozco a pocas. Una oveja negra es alguien que se sale de lo habitual, alguien que rompe con lo establecido (sin necesidad de radicalismos y demás barbaridades), se llama oveja negra a aquella persona que dentro de un colectivo no se parece a los demás ya que en un grupo de ovejas (de las de toda la vida, esas que se dibujan como bolas de algodón con cabeza y patas) lo habitual es que la mayoría sean de color blanco.

La oveja es un animal que se se deja llevar hacia donde le guían, ya sea un pastor, un perro o el resto de sus congéneres. Es por tanto un ser sumiso (tampoco es que una oveja se plantée muchas cosas en su vida, supongo) que siempre vive en rebaños. La oveja es una metáfora perfecta del actual ciudadano de a pie, se deja llevar sin plantearse por qué, solo por costumbre, porque el rebaño se mueve hacia esa dirección. El rebaño es por tanto esa sociedad anestesiada en la que vivimos, una masa de ovejas blancas a las que suelo llamar el gris (no viene al caso) que sigue a la masa porque alguien ha dicho que ese es el camino. Aquí es donde entran en juego las ovejas negras, las raras, que no pintan nada en el rebaño porque se salen de sus normas, ellas no forman rebaños. Un rebaño es una forma de uniforme, la "borreguización" del mundo, por eso las ovejas negras no se agrupan en rebaños, para no dejarse llevar por la corriente.

Ahora bien, yo soy una oveja negra y el objetivo de este blog es precisamente crear un pequeño rincón para los que no se identifican con el rebaño porque se dan cuenta de la gran farsa en la que vivimos. Esa es la razón por la que mi blog lleva este nombre de las narices.
Aprovecho esta introducción que me he sacado de la manga para aclarar también que no pretendo crear un blog multitudinario, soy de las que prefieren la calidad a la cantidad, esta última me parece muy secundaria. Tampoco es mi intención que penséis todos como yo, me gusta más que cada una de las ovejas negras se tiña del color que le dé la gana, no soy pastora de ningún rebaño, ni siquiera de uno de ovejas negras.